Jorge Muñoa
El Barcelona, último campeón y ganador de 11 de las 21 ediciones ACB, vuelve a defender título una vez más en la mejor Liga del mundo después de la NBA, revalorizada para la temporada 2004-05 por la ambiciosa apuesta de un nuevo grupo de equipos decididos a pujar por el campeonato con todas sus fuerzas.

La nómina de candidatos ha crecido durante el verano. Los clubes han salido al mercado de fichajes para construir plantillas lo más competitivas posible. Los banquillos también han registrado movimientos altamente significativos. En resumidas cuentas, nadie quiere renunciar a nada. Cabe esperar, por tanto, que una Liga ya de por sí competitiva y equilibrada -la temporada pasada el Fuenlabrada descendió con tres victorias menos que el Joventut, último clasificado para las series por el título-, aumente la igualdad y multiplique las dificultades para todos. Las complicaciones para el Barcelona -y para los demás-, en consecuencia, van a ser mayores.

Esta temporada la ACB da la bienvenida al Granada, y al Lagun Aro Bilbao. Gran Canaria, Unelco Tenerife, Forum Valladolid, Girona, Alicante, Breogán y Lleida no se han quedado atrás. Todos, dentro de sus posibilidades, han confeccionado equipos más que interesantes, capaces de parar a cualquiera y decir eso en la competición que más jugadores ha tenido en las Olimpiadas 2004.