La segunda sesión del enfrentamiento despejó los malos augurios
y el pesimismo con el que se había cerrado la sesión inicial,
incompleta por la suspensión del segundo choque de individuales,
entre Ferrero y Santoro, que el valenciano completó en apenas 20
minutos (6-3, 6-1, 1-6 y 6-3). El duelo se puso empate a uno.
Pendiente del dobles.
Y en esas llegó el momento de España, con una pareja joven pero
llena de ambición y empeñada en estabilizarse como equipo habitual
en este torneo. Pero sin triunfo alguno y amenazada por una
maldición. El punto del dobles era el aval más seguro con el que
Francia contaba para esta eliminatoria. La pareja inscrita
inicialmente, formada por Fabrice Santoro y Michael Llodra, de las
mejores del mundo, vencedora en el Abierto de Australia y finalista
en Roland Garros, era una garantía. La lesión de muñeca de Santoro
obligó al capitán galo a cambiarlo por Arnaud Clement.
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