Boonen se presentó en sociedad como uno de los velocistas del
futuro el mismo día que se marcharon a casa lesionados los ilustres
Petacchi y Cipollini. Ganó un esprint explosivo, en ligera subida,
por delante de veteranos como O'Grady y Zabel, segundo y tercero en
la meta de Angers, donde muchos entraron con retraso por una caída
masiva a menos de un kilómetro de la línea de llegada. Mientras se
deshacía la montonera, con hombres como Menchov (Illes Balears),
quien padece una microrotura del cuádriceps interno del muslo
derecho, McEwen (Lotto) y Simoni (Saeco) entre los afectados,
Boonen alzaba los brazos dando la primera alegría a la afición
belga con un tiempo de 4:33:41. Suponía la séptima victoria de la
temporada para el ciclista del Quick Step y la novena de su
palmarés desde su debut en profesionales.
El director del Illes Balears, Eusebio Unzúe, se mostró
indignado por las circunstancias que envolvieron la montonera. «El
propio reglamento junto con las organizaciones son los verdaderos
culpables de que ocurran estas cosas. Si no están ahí adelante,
como el reglamento no ayuda para nada, los que están disputando la
general se ponen delante y se ven envueltos en las caídas. Con lo
fácil que sería coger el tiempo cuando se entra en la ciudad!»,
apuntó el navarro, quien añadió que en el Tour «necesitas estar
atento y que no te toque. Ir salvando las trampas que te pone el
Tour. Lo de hoy, sinceramente cosideramos que es vergonzoso que en
estos tiempos los corredores se jueguen la vida y molesten a los
sprinters».
Susto
El pelotón llegó con el susto en el cuerpo, entre ellos Lance
Armstrong, que llegó cortado. Algunos con magulladuras, otros casi
andando, ya que al producirse la caída en el último kilómetros el
retraso ya no contaba. Juan Antonio Flecha (Fassa) pasó la línea
con la rabia de haber acariciado la que hubiera supuesto su segunda
victoria en el Tour.
La etapa de Angers no modificó la general con el francés
Voeckler (La Boulangere) al frente con 3.13 de ventaja sobre el
australiano O'Grady y 4.06 sobre Sandy Casar (La Francaise).
Armstrong sigue aventajando en 36 segundos a Hamilton, 55 a
Ullrich, 1.45 a Heras y 5.58 a Mayo.
Flecha no pudo repetir la jugada de hace un año cuando ganó en
el aeródromo de Toulouse. Al español le faltó el último empujón de
los llegadores.
Así de triste finalizó la hazaña de la jornada. Flecha se metió
en la escapada buena junto a los franceses Engoulvent (Cofidis), Da
Cruz (La Francaise), el holandés Lotz (Rabobank), el noruego
Arvesen y el italiano Bertolini. La galopada del sexteto alcanzó
una diferencia máxima de 4.10 y poco más tarde La Boulangere de
Voeckler animó el ritmo para bajar la desventaja hasta la mitad,
luego echaron una mano el Lotto de McEwen, el Quick Step de Boonen,
el AG2R (Kirsipuu) y el Alessio de Baldato. Flecha se resistió.
Saltó a 5 kilómetros de meta cuando sus compañeros iban exhaustos,
se exprimió tres kilómetros y justo cuando pasaba por la bandera
roja que indica el último kilómetro claudicó. Un tremendo esfuerzo
que al final no tuvo premio. En el Tour nadie regala nada, al menos
sin el permiso de Armstrong y de su equipo.
Los hombres rápidos del pelotón tendrán hoy otra posibilidad de
lucirse con la disputa de la séptima etapa entre Chateaubriand y
Saint Brieuc, de 204,5 kilómetros. Será un día de transición para
los favoritos.
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