Carlos de Torres|ANGERS
Tom Boonen, del Quick Step, demostró sus cualidades imponiéndose en la sexta etapa del Tour, disputada entre Bonneval y Angers, de 196 kilómetros, en la que el francés Thomas Voeckler retuvo el maillot amarillo y el español Juan Antonio Flecha fue alcanzado por el pelotón cuando marchaba en solitario a menos de mil metros de la llegada.

Boonen se presentó en sociedad como uno de los velocistas del futuro el mismo día que se marcharon a casa lesionados los ilustres Petacchi y Cipollini. Ganó un esprint explosivo, en ligera subida, por delante de veteranos como O'Grady y Zabel, segundo y tercero en la meta de Angers, donde muchos entraron con retraso por una caída masiva a menos de un kilómetro de la línea de llegada. Mientras se deshacía la montonera, con hombres como Menchov (Illes Balears), quien padece una microrotura del cuádriceps interno del muslo derecho, McEwen (Lotto) y Simoni (Saeco) entre los afectados, Boonen alzaba los brazos dando la primera alegría a la afición belga con un tiempo de 4:33:41. Suponía la séptima victoria de la temporada para el ciclista del Quick Step y la novena de su palmarés desde su debut en profesionales.

El director del Illes Balears, Eusebio Unzúe, se mostró indignado por las circunstancias que envolvieron la montonera. «El propio reglamento junto con las organizaciones son los verdaderos culpables de que ocurran estas cosas. Si no están ahí adelante, como el reglamento no ayuda para nada, los que están disputando la general se ponen delante y se ven envueltos en las caídas. Con lo fácil que sería coger el tiempo cuando se entra en la ciudad!», apuntó el navarro, quien añadió que en el Tour «necesitas estar atento y que no te toque. Ir salvando las trampas que te pone el Tour. Lo de hoy, sinceramente cosideramos que es vergonzoso que en estos tiempos los corredores se jueguen la vida y molesten a los sprinters».

Susto
El pelotón llegó con el susto en el cuerpo, entre ellos Lance Armstrong, que llegó cortado. Algunos con magulladuras, otros casi andando, ya que al producirse la caída en el último kilómetros el retraso ya no contaba. Juan Antonio Flecha (Fassa) pasó la línea con la rabia de haber acariciado la que hubiera supuesto su segunda victoria en el Tour.

La etapa de Angers no modificó la general con el francés Voeckler (La Boulangere) al frente con 3.13 de ventaja sobre el australiano O'Grady y 4.06 sobre Sandy Casar (La Francaise). Armstrong sigue aventajando en 36 segundos a Hamilton, 55 a Ullrich, 1.45 a Heras y 5.58 a Mayo.

Flecha no pudo repetir la jugada de hace un año cuando ganó en el aeródromo de Toulouse. Al español le faltó el último empujón de los llegadores.

Así de triste finalizó la hazaña de la jornada. Flecha se metió en la escapada buena junto a los franceses Engoulvent (Cofidis), Da Cruz (La Francaise), el holandés Lotz (Rabobank), el noruego Arvesen y el italiano Bertolini. La galopada del sexteto alcanzó una diferencia máxima de 4.10 y poco más tarde La Boulangere de Voeckler animó el ritmo para bajar la desventaja hasta la mitad, luego echaron una mano el Lotto de McEwen, el Quick Step de Boonen, el AG2R (Kirsipuu) y el Alessio de Baldato. Flecha se resistió. Saltó a 5 kilómetros de meta cuando sus compañeros iban exhaustos, se exprimió tres kilómetros y justo cuando pasaba por la bandera roja que indica el último kilómetro claudicó. Un tremendo esfuerzo que al final no tuvo premio. En el Tour nadie regala nada, al menos sin el permiso de Armstrong y de su equipo.

Los hombres rápidos del pelotón tendrán hoy otra posibilidad de lucirse con la disputa de la séptima etapa entre Chateaubriand y Saint Brieuc, de 204,5 kilómetros. Será un día de transición para los favoritos.