Luis Villarejo|LISBOA
La selección española buscará un punto para la historia, en un partido que en Portugal tildan metafóricamente de «guerra» que España, a través de su capitán, Raúl González define como «espectáculo» y donde el equipo de Iñaki Sáez saldrá con el único manual que conoce, el de ganar.

El empate sirve a España para estar en los cuartos de final de la Eurocopa, pero este equipo no ha estudiado esa receta. Si sales a empatar, lo normal es perder. Eso dice el catecismo del fútbol.

No maneja el equipo español los parámetros y el oficio de Italia, por ejemplo. Ni tampoco cuenta España con futbolistas para dormir un partido, al menos de inicio. Porque en el banquillo sí está, Xavi un futbolista de un perfil ideal para mandar y echar el freno de mano cuando corresponda. Pero a algún aspecto hay que renunciar de entrada.

Cuenta Iñaki Sáez que este colectivo es un equipo muy joven. Un grupo que es ofensivo de la cabeza a los pies. Aquí es ofensivo hasta Iker Casillas, acostumbrado habitualmente a sacar rápido, a crear y no a destruir ni aguantar un resultado.

«Llevo dos días o tres sin leer la prensa. Tengo las cosas claras. Tengo confianza. Me doy cuenta que si lees te queda un malestar interno, prefiero no tener un mal cuerpo», dijo a lo largo de la jornada de ayer Sáez en Lisboa, donde llegó España en medio de unas espectaculares medidas de seguridad que impactaron en la expedición.

Se presenta España con cambios. Esta vez sí. No hay engaños por parte de Sáez. Es más, en la tarde de ayer, como era habitual hasta que ante Grecia cambió de planes, volvió a dar el once inicial veinticuatro horas antes del encuentro. Lesionado Etxeberría, entrará Joaquín. Y sancionado Marchena, su puesto irá a parar a manos de Juanito. Un tercer cambio pasaría por la entrada de Xabi Alonso en lugar de Baraja y un cuarto, dará la titularidad a Fernando Torres por Morientes. Sin olvidar, la evolución de Raúl Bravo, que tocado tendría que marcar a Luis Figo. Sáez se lo va a pensar bien. El seleccionador salió de dudas en el entrenamiento previo en el nuevo estadio Alvalade XXI, el escenario de una contienda de altos vuelos, en la que el perdedor dirá adiós a la Eurocopa por la puerta de atrás, aunque los lusos tienen mucho que perder por su condición de anfitriones. España no se queda a la zaga, y el hecho de ser una de las grandes favoritas podría provocar que la eliminación supusiera una de las primeras y más notables decepciones de la presente edición de la Eurocopa y el inicio de un largo período de reflexió en el seno del equipo nacional, con el seleccionador, Iñaki Sáez, como epicentro de las dudas.