No es el único caso, desde luego, pues Eivissa sigue teniendo tirón
para seducir a artistas de todo lugar, origen y condición; pero el
caso de Gregory Lenton es singular y poco conocido. Tras
desarrollar una notable carrera internacional como director de
orquesta, pianista de música de cámara y acompañante de cantantes;
tras dirigir en varios teatros líricos de Francia y Alemania un
amplio repertorio de ópera, opereta y obras sinfónicas; y tras
pasar siete años como jefe de orquesta y maestro de canto de la
Opera Nacional de Oldenburg (Alemania), quemó sus naves y decidió
(junto a su mujer, la soprano Angela Dellert) instalarse en
Eivissa.
Una decisión que puede sorprender, pero que Gregory Lenton
explica con naturalidad: «Teníamos dos hijos de 1 y 3 años, apenas
tenía tiempo para la familia y quería hacer algo de mi iniciativa y
no trabajar más en una empresa, que es lo que parece un teatro de
ópera. Así que decidí dedicarme a la enseñanza. Dudamos entre
Alemania y España, pero al final ganó el sol y la luz de este país,
del que ya conocíamos algo. Hice un estudio de posibilidades y
Eivissa tenía bastantes atractivos. Además, me ofrecieron dos
trabajos, en el colegio francés y en el inglés; suficiente para
empezar a vivir en la isla». «Eso fue en 1994; han pasado casi diez
años y estamos muy contentos de haber tomado tan importante
decisión».
Tras esa breve experiencia pedagógica, Gregory y Angela abrieron
en la capital insular su academia «La Clave del Sol», y años más
tarde la de Santa Eulària. Entre ambas tienen una media de cien
alumnos, la mayor parte niños, y algunos de edades muy tempranas
(hasta dos años), aunque también acude algún que otro adulto.
Incorporada esta semana la disciplina de violín, la oferta incluye,
además, canto, piano, guitarra, flauta dulce y xilofón.
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