El velocista del Fassa Bortolo, en su año mágico, desbancó al
alemán Erik Zabel, del Telekom y al belga Tom Boonen, del Quick
Step, segundo y tercero respectivamente, e invirtió un tiempo de
3:24.13 en los 154'3 kms que separaban Cangas de Onís y Santander.
El hecho histórico aparte, la noticia fue que el corredor del ONCE
Joaquín Rodríguez mantuvo el jersey oro de líder, en contra de la
previsión del director del equipo Manolo Saiz para que un hombre de
la tierra, Isidro Nozal, tuviera su día de gloria, pero las caídas
del final trastocaron los planes.
La general no tuvo ninguna alteración con las mismas diferencias
de la jornada anterior. Igor González de Galdeano (ONCE), segundo,
mira al resto de favoritos con 10 segundos sobre Roberto Heras, 24
respecto a Mancebo, y 2.34 y 2.44 sobre Casero y Aitor González
respectivamente. No faltó el susto final con las caídas, tan
habituales en los primeros días de carrera. Entre los afectados el
español Oscar Sevilla, del Kelme, quien sufrió un fuerte golpe en
la cadera y pierna izquierda, daño que no le impedirá tomar la
salida en la siguiente etapa.
La jornada tuvo movimiento desde el principio. En el descenso de
La Rebollada (kilómetro 23) Vicioso (ONCE), Zaballa (Kelme), Zberg
(Rabobank) y Unai Etxebarría (Euskaltel) iniciaron la primera
escapada seria de la Vuelta. El ONCE pasó a la defensiva ante la
presencia de uno de los suyos, por lo que hubo de tomar la
iniciativa en el pelotón el Fassa Bortolo de Petacchi, en busca del
esprint.
El cuarteto en fuga llegó a tener una ventaja máxima de 3.12 en
el km 74, pero por detrás se jugaban muchos intereses y algunos
deben apurar las oportunidades antes de la montaña. La ilusión de
los aventureros se terminó en el km 130, en gran parte por la
movilidad de los equipos italianos.
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