La que probablemente sea la última carrera de Fórmula 1
disputada en el trazado austríaco, reemplazado la próxima temporada
en el calendario por el Gran Premio de China o el de Barein, tuvo
de todo: salidas nulas, incendios de coches, patinazos, lluvia,
sol, trompos y un emocionante duelo final por la segunda plaza. La
salida se retrasó primeramente cinco minutos tras ondear las
banderas amarillas instantes antes del que semáforo rojo diese paso
al verde por problemas en el Toyota del brasileño Cristiano da
Matta, quien pasó a ocupar la última fila de la parrilla por
provocar la detención.
Alonso decidió salir con su coche de reserva para poder ajustar
los reglajes y evitar los problemas que siempre ofrece la primera
curva, donde es alto el riesgo de choques e incidentes. Dada su
retrasada posición en la parrilla, esta estrategia, pese a hacerle
perder un par de segundos en la salida, le permitiría seguir una
estrategia a una parada, en lugar de las tres que Renault tenía
previstas.
Finalmente, con 20 minutos de retraso, arrancó el Gran Premio de
Austria, y Michael Schumacher conservó la cabeza, seguido por Juan
Pablo Montoya, Kimi Raikkonen y Rubens Barrichello. Al alemán
Hainz-Harald Frentzen (Sauber) se le aguó su trigésimo sexto
cumpleaños al no poder tomar la salida por sufrir problemas en su
coche. El holandés Jos Verstappen (Minardi) se quedó parado a los
pocos metros de arrancar y el coche de seguridad tuvo que salir
para controlar la carrera hasta que el coche de Verstappen fuese
retirado. Esto convenía a Alonso, quien estaba en decimoquinta
posición, pegado a Da Matta, ya que las distancias entre los coches
se redujeron.
Cuando se retiró el coche de seguridad, el Kaiser Schumacher
empezó a marcar vueltas rápidas de manera consecutiva, con lo que
logró abrir un pequeño hueco con respecto a Montoya. Cuando se
llevaban disputadas 12 vueltas, empezó a llover suavemente sobre
una parte del circuito. El compañero de Alonso, el italiano Jarno
Trulli, rodaba sexto cuando se salió de pista con un trompo por la
humedad del asfalto, que los comisarios indicaron con la bandera a
rayas rojas y amarillas. Trulli reaccionó rápido y consiguió perder
un solo puesto.
Fernando Alonso, pese a rodar algo lento en las primeras
vueltas, debido a que llevaba el depósitio de combustible repleto,
empezó a mejorar considerablemente sus tiempos conforme iba
gastando gasolina y, conforme iban entrando los pilotos a 'boxes',
fue subiendo plazas hasta colocarse en octava posición, en la zona
de puntos. En la vuelta 22, cuando Michael Schumacher realizó su
primer repostaje, al desenganchar los mecánicos la manguera de
combustible del depósito del coche, se produjeron unas llamaradas
que fueron rápidamente sofocadas, pero que hicieron perder al
pentacampeón mundial 20 segundos preciosos y se reincorporó a la
carrera en tercera posición. Alonso ascendió hasta la sexta plaza.
Juan Pablo Montoya iba primero cuando se le rompió el motor de su
Williams. Con su Ferrari F2003 GA, Schumacher no tardó en pasar a
Raikkonen y recuperar así el liderato. Y, en la vuelta 46, fue
cuando Fernando Alonso se tuvo que retirar, al reventar su motor
cuando rodaba en octava posición y salirse en una curva tras
patinar sobre su propio aceite, dando al traste con una gran
carrera en la que la inteligente estrategia adoptada le habría
permitido puntuar por sexta vez consecutiva.
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