Después de que el instructor del Comité Balear de Disciplina
Deportiva, Javier Capelastegui, propusiera una sanción de tres años
de inhabilitación por usurpación de competencias para el presidente
de la Federación Balear de Fútbol, Antonio Borrás del Barrio, y su
junta directiva, comienza un ciclo decisivo que se puede perpetuar
en el espacio y el tiempo.
Las dos partes implicadas, las federaciones de Fútbol y Fútbol
Sala, disponen de diez días para presentar alegaciones antes de que
el Comité asuma el mando directo sobre el caso y examine la
documentación para ofrecer un veredicto final.
Pero esa resolución, que puede ser inferior, igual o superior a
los tres años, puede verse alterada. El veredicto saldrá a la luz
en dos semanas, aunque el proceso se puede alargar durante meses si
Borrás y su junta deciden recurrir un fallo negativo para sus
intereses ante la justicia ordinaria. De esta forma, se podría
solicitar formalmente la suspensión de la pena, a expensas de una
sentencia. En este punto, la jurisdicción sobre el asunto queda
lejos del Comité Balear de Disciplina Deportiva. El organismo
presidido por Víctor de Isasi vería como la última palabra y la
definitiva la tendría un tribunal.
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