Imagen del partido Atlético Isleño-Portmany de benjamines donde se produjeron graves incidentes.

El año 2002 ha estado salpicado en las últimas semanas por muchos altercados en muchos campos del fútbol pitiuso y que ha afectado, sobre todo, a las categorías inferiores. Estos brotes de violencia han provocado que la Junta Insular de fútbol presidida por José Roselló tome cartas en el asunto y haya convocado una reunión para hoy entre todos los estamentos del fútbol (presidentes de clubes, delegados de árbitros y entrenadores) para intentar encontrar soluciones a estos constantes incidentes. Todas las partes implicadas muestran una honda preocupación por estos hechos que están acaeciendo constantemente en los partidos, sobre todo, de categorías inferiores, y coinciden que el problema puede radicar en la falta de formación a los niños desde la base.

Por lo que se refiere al colectivo de entrenadores, Matías Fernández, técnico de la Peña Deportiva, comentó que «todos tenemos culpa de lo que está sucediendo en las categorías inferiores. El problema está en que en la base hay más obsesión por ganar que por formar al niño. Los padres tendrían que ayudar mucho en este sentido. Algunos de ellos se dedican a insultar desde la grada y esta actitud influye en los hijos».

El entrenador de la SD Eivissa, Toni Arabí, se pronunció en la misma línea: «Pienso que todos los que pertenecemos al fútbol y los propios padres tenemos la culpa de lo que sucede. Hay que pensar que estamos educando a los niños a estas edades. Muchas veces los padres piensan que lo único que vale es ganar a cualquier costa en estas categorías y ésto es un error grave. Tenemos que intentar entre todos a darles una educación desde pequeños.

En muchas ocasiones, cargamos tintas contra los árbitros y sería injusto pensar que la violencia está provocada por los colegiados». El entrenador del San Rafael, Pepe Arabí, destacó que «la violencia la genera la incultura en el deporte. Pienso que deben haber unas normas estrictas para erradicar este problema. Los propios entrenadores, padres y jugadores somos culpables de que se propague esta violencia. Lo que hay que hacer es educarles desde la base, tanto los entrenadores como los padres. No debemos confundir la formación del futbolista con lo que es el campeonato. Es más importante que aprendan a estas edades más allá de buscar el resultado».