El Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol
(RFEF) ha decidido clausurar con dos partidos el Nou Camp de
Barcelona después de los incidentes acaecidos en el partido que
enfrentó a los azulgrana y al Real Madrid, después del lanzamientos
de objetos sobre el jugador Luis Figo. Además, el Comité ha
impuesto una multa de 4.000 euros al club catalán y le ha abierto
un expediente a Joan Gaspart, presidente del Barça, por sus
declaraciones tras el choque.
La sanción de dos partidos de clausura del Camp Nou impuesta por
el Comité de Competición por los incidentes ocurridos el pasado 23
de noviembre en el partido FC Barcelona-Real Madrid (0-0) es la
primera que recibe el estadio barcelonista en sus 45 años de
historia y la segunda del club en sus 103 años de vida, 77 años
después del cierre del desaparecido estadio de Les Corts.
Desde la inauguración del Camp Nou, el 24 de septiembre de 1957,
el estadio nunca ha sido clausurado, aunque en la historia del
Barça figura un episodio anterior de cierre de su estadio, en 1925,
cuando durante la dictadura del general Primo de Rivera, el campo
de Les Corts fue clausurado y el club suspendido en sus actividades
por los silbidos del público a la 'Marcha Real'.
Ocurrió en un partido de homenaje al Orfeó Català que disputaron
el 14 de junio de 1925 el Barça, campeón de España en la categoría
A, y el Júpiter, campeón en la categoría B, que registró una
asistencia de unos 14.000 espectadores, y aquel incidente por los
silbidos al himno le costó al Barcelona el cierre del estadio
durante seis meses en los que quedó en peligro incluso su
existencia.
El presidente y fundador del club azulgrana, Hans Gamper,
recibió días después del partido un comunicado del general Joaquín
Milans del Bosch, capitán general de la IV Región Militar y
Gobernador Civil, mediante el cual ordenaba la clausura del campo y
la suspensión de todas las actividades del club durante seis
meses.
El día de Navidad de 1925, el Barcelona volvió al estadio de Les
Corts y lo hizo con un nuevo presidente, Arcadi Balaguer, cuyo
nombramiento es considerado que fue a dedo por los analistas de la
historia del club catalán por sus amistades políticas. Gamper, por
su parte, había presentado alegaciones ante el Gobierno Civil,
aunque finalmente dimitió y se marchó a Suiza.
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