Cambiasso, Roberto Carlos, César, Raúl González, Ronaldo y Zidane.

Efe|YOKOHAMA
El Real Madrid contará hoy con todas sus estrellas para buscar el triplete el año de su Centenario con la consecución de la Copa Intercontinental, pero su once galáctico coincide en mostrar el máximo respeto a un Olimpia paraguayo que cede gustosamete el papel de favorito a su rival y que tiene la ambición de volver a Asunción con su segunda corona universal.

El Real Madrid, tras perder la Liga y la Copa españolas, aspira a su triplete internacional después de adjudicarse la Liga de Campeones (2-1 al Bayer Leverkusen) y la Supercopa de Europa (3-1 al Feyenoord), mientras que el Olimpia, pese a sus dificultades económicas, se adjudicó la Copa Libertadores dejando en la cuneta a equipos como el Boca Juniors, Gremio o Sao Caetano, entre otros, y quiere reverdecer laureles. Por tanto, el campeón de Europa busca su tercer título del año y de la Copa Intercontinental -la ganó en 1960 y 1998y el de América el segundo en ambos apartados -venció este torneo en 1979-.

Pero todo eso es historia, estadística. Ni siquiera el teórico superior potencial del Real Madrid merma la ilusión del Olimpia, y es que, como ocurre en este tipo de compromisos, el tópico es válido: a un partido puede ocurrir cualquier cosa. Y si no que se lo digan al equipo de Vicente del Bosque, que llegó a Tokio hace dos años como claro favorito ante el Boca Juniors y se volvió de vacío por la espectacular actuación de Juan Román Riquelme y el acierto de Martín Palermo.

Los madridistas supervivientes están advertidos por aquel mal trago, y por ello, aunque asumen el papel de favoritos, apelan al respeto y a su condición de campeón americano para referirse al Olimpia, al que Raúl González calificó como un equipo con «fuerza mental, disciplinado, aguerrido y con jugadores que pueden desequilibrar el juego», e indicó que ante todo el Real Madrid intentará «llevar el ritmo del partido» porque el rival «parece no tener mucho renombre, pero que está aquí por méritos propios».