El partido comenzó con un gran despliegue defensivo por parte de
ambos equipos. La diferencia, en el primer cuarto, fueron los
triples: mientras el Joventut convertía tres canastas de tres, el
Estudiantes fallaba los seis tiros que intentó. Gracias a este
apartado los locales llegaron con ventaja de 9 puntos al final del
primer cuarto (23-14).
El segundo cuarto comenzó con dominio local y el Joventut llegó
a tener una ventaja máxima de 14 puntos (30-16) a falta de 6
minutos para el descanso. En ese momento, el alero estudiantil
Nicola Loncar cogió la responsabilidad del ataque de su equipo y él
sólo consiguió endosar un parcial de 0-10 (incluidos dos
triples).
Con 30-26 apareció en la cancha Juan Alberto Espil, duda durante
toda la semana por problemas en un tobillo, con el objetivo de
secar a Loncar. El Estudiantes volvió a los problemas en ataque, de
lo que se aprovechó el equipo de Manel Comas que, gracias a otro
parcial de 10-2, llegó al descanso con ventaja de 12 (40-28).
Apoyado en una gran defensa y muy superior en el rebote
ofensivo, el conjunto madrileño fue poco a poco limando la
diferencia frente un Joventut colapsado en ataque. El Estudiantes
logró de esta manera llega al último periodo con el marcador
ajustado (54-53).
En el momento decisivo apareció Corey Brewer. El ex base de Caja
San Fernando se responsabilizó del ataque estudiantil y con 6/6 en
triples en este periodo hundió a un Joventut cada vez más atenazado
y que acabó perdiendo el partido por un claro 70-81.
Javier Imbroda y Gustavo Aranzana, dos técnicos con una misma
filosofía del baloncesto y una amistad compartida, pero con un
resultado radicalmente opuesto en el bolsillo por culpa de un Real
Madrid aciago que enseñó una cara tenebrosa y acabó vapuleado por
el Caja San Fernando justo cuando el camino le enseña los dientes
del Virtus Bolonia en la Euroliga y del Tau en la ACB.
Los blancos, además, deben dar gracias por los cuatro triples
consecutivos que el francés Alain Digbeu colocó en los dos últimos
minutos para atemperar un marcador que, en muchas fases, resultó
sonrojante. El Caja San Fernando, con un Francisco Elson exhultante
-catorce puntos y quince rebotes- dobló al Madrid en su propia casa
en más de una ocasión y, en su mejor momento, disfrutó de
veintisiete puntos de renta (29-56 m.29).
El Barcelona, ante un rival como el Casademont Girona que
intenta mantener los máximos minutos posible a su quinteto titular
íntegramente extranjero, exhibió el abanico de posibilidades que le
ofrece su plantilla para hacerse con un cómodo triunfo. Gregor
Fucka, una de esas figuras azulgranas, metió a su equipo muy pronto
en un partido en el cual no tuvieron muchos problemas.
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