Juan Antonio Lladós (Efe) JAPÓN
Daniel Pedrosa y Toni Elías protagonizaron las dos victorias españolas de la segunda visita al continente asiático, con la disputa de la decimotercera carrera puntuable del mundial de motociclismo, el Gran Premio del Pacífico en Japón, en el circuito de Motegi.

Quien más fácil lo tuvo, pues hubo de emplearse a fondo, fue Daniel Pedrosa, que dominó desde el primer día los entrenamientos de 125. Fue el más rápido en casi todas las tandas y al final recibió la recompensa de su quinta «pole position» del año, pero había que refrendarlo en la carrera y Pedrosa no quiso dejar absolutamente ningún lugar a la duda.

Como digna de las grandes epopeyas del motociclismo se puede resumir la última vuelta de la prueba de 250, en la que dos figuras de la talla del italiano Marco Melandri y el español Toni Elías se la jugaron sin dejar un ápice de terreno a su rival.

La iniciativa fue en todo momento del piloto italiano de Aprilia, pero en las últimas vueltas el joven valor de la Movistar Aprilia decidió desencadenar su ataque definitivo y tras llegar hasta el rebufo de su rival lo intentó por activa y por pasiva en la última vuelta, de auténtico infarto, pero el de Manresa no cejó en su empeño y en el último sitio que lo podía intentar, justo antes de la recta de meta, se «coló» por dentro a su rival y le superó para lograr su primera victoria en los 250.

Fonsi Nieto se tuvo que conformar en esta ocasión con acabar cuarto, su moto no estaba perfectamente puesta a punto y en la carrera lo notó al no tener ninguna opción de luchar por la victoria y tener que frenar el ímpetu de la Fortuna Honda de Emilio Alzamora hasta el último metro.

Mucho más aciaga resultó la jornada para los representantes españoles de MotoGP, entre los que sólo concluyó Carlos Checa (Yamaha M-1), en la quinta plaza y sin opción alguna de estar nunca en la lucha por el podio. Pero peor le marcharon las cosas al catalán Sete Gibernau, su Movistar Suzuki GSV R se rompió a poco de iniciarse la carrera y no pudo concluirla, en tanto que Pere Riba ni siquiera tomó la salida a los mandos de su Yamaha YZR.