La lucha dialéctica que mantienen el conjunto que preside Manuel
Ruiz de Lopera y la RFEF por la posible repercusión social que
supone disputar un encuentro de estas características en un campo
sensiblemente más pequeño que el bético, ha aparcado a un lado la
expectación deportiva de uno de los partidos más destacados de la
cuarta jornada.
El calendario de la competición ha marcado al Betis, que se ha
enfrentado ya al Deportivo (2-4) y Real Madrid (1-0 hasta la
interrupción), en donde su fútbol de calidad ha despertado mayores
exigencias en su afición. El pasado domingo, su encuentro ante la
Real Sociedad (3-3) fue un espectáculo ofensivo que espera su
refrendo ante el Barcelona en donde Luis Enrique, que suma 100
goles con la camiseta azulgrana, y Patrick Kluivert han devuelto a
su afición la confianza en el férreo sistema táctico de Louis Van
Gaal.
Pese a los buenos resultados de casi todos los conjuntos
españoles en la Liga de Campeones, el campeonato nacional es otra
historia. El líder actual, el Celta de Miguel Àngel Lotina, suma
sus partidos por victorias y el buen recuerdo dejado en la etapa
anterior por Víctor Fernández parece perdurar en Vigo.
Su encuentro ante el Málaga representa el deseo de dos equipos
que van creciendo en Europa (ambos participan en la Copa de la
UEFA), y que han perdido el respeto a los considerados «como
eternos favoritos» en la Liga española.
Uno de esos «grandes», el Valencia, ha comenzado el campeonato
igual que terminó el pasado. Sus problemas de cara al gol los sigue
resolviendo con una solidez defensiva y un juego de equipo capaz de
destrozar las plantillas más reputadas.
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