Después de tantas polémicas arbitrales en este Mundial, la FIFA
no quiso el más mínimo desliz y designó al mejor para el partido
más importante del torneo. «Ha sido maravilloso recibir una medalla
de la FIFA. Es todo lo que deseas como árbitro», dijo Collina
después del partido. El juez italiano arbitró con una facilidad
pasmosa y no tuvo ningún problema, bien ayudado por sus asistentes,
el sueco Leif Lindberg y el inglés Philip Sharp.
También le ayudó en su tarea el comportamiento deportivo de los
jugadores y la suerte de que no se vio obligado a decidir sobre
jugadas dudosas. «No tengo queja alguna del comportamiento de los
jugadores. Actuaron de manera correcta y eso hizo que disfrutara
del partido. Me siento muy feliz», afirmó.
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