Alfonso Gil OSAKA
El fútbol japonés entró en la historia del Mundial, ya que su selección con una victoria ante Túnez por 0-2 se clasificó como primera de su grupo. por delante de dos selecciones con tradición como Rusia y Bélgica, y se medirá en octavos de final del torneo a Turquía.
Japón, sin hacer un gran esfuerzo y sin jugar especialmente bien, consiguió resolver el partido en el segundo tiempo, cuando el seleccionador Philippe Troussier, introdujo cambios en el equipo que fueron determinantes en el resultado final.
No fue tan fácil el partido para Japón como se podía pensar de antemano, ya que el equipo tunecino, agazapado atrás y con algunas salidas esporádicas al contragolpe, no permitió que los jugadores locales les crearan verdadero peligro.
Además, el gol marcado por Bélgica ante Rusia, hizo albergar esperanzas a los tunecinos, que supieron controlar el partido conscientes de que nada tenían que perder, aunque podía llegar el milagro. A medida que avanzaba el partido se dejaron sentir los nervios en el equipo japonés que, aunque jugaba espoleado por su público, no se mostraba fin de cara a la meta rival, ya que su dominio territorial no se vio reflejado en opciones de gol. Poco antes del descanso, se produjo una jugada polémica ante la meta del equipo japonés, cuando el lateral tunecino Trabelsi desbordó a la defensa local y fue derribado por Toda.
La falta de consistencia del equipo japonés provocó dos cambios en el descanso. La estrella de los últimos días, Inamoto, y el delantero Yanagisawa, se quedaron en el vestuario y salieron a jugar Ichikawa y Morishima.
Los cambios fueron determinantes. Cuando se llevaban tres minutos de la segunda parte, un balón rechazado por un defensor de Túnez quedó muerto en el área y Morishima marcó el primer gol del partido. Casi de inmediato el mismo jugador envió un balón al poste. El encuentro había cambiado.
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