Efe COREA
La selección costarricense de fútbol se siente preparada para hacer historia, ante su debut en el Mundial de Corea-Japón 2002, en el estadio del Mundial de Gwangju. El país más pequeño contra el más grande. La comparación con China no admite comparaciones, ni con los 1.300 millones de personas frente a 3'7 millones, ni los 9.596.960 kilómetros cuadrados de su territorio frente a la franja de 51.100 kilómetros de la llamada Suiza centroamericana.

China tiene más donde elegir y mucho más donde prepararse, pero Costa Rica se siente favorita, apoyada en su buena actuación en la pasada Copa América, en el primer puesto logrado en las eliminatorias de la CONCACAF, en la experiencia de Italia´90 y en los 21 puestos que tiene de ventaja sobre el equipo chino en la clasificación FIFA (29 frente a 50). El equipo de Alexandre Guimaraes ya no es una sorpresa, pero se enfrenta al reto de confirmar en un torneo mundial todo lo que ha apuntado con anterioridad.

El rival jugará en Gwangju como en su campo, porque la clasificación para el Mundial ha despertado la euforia del «dragón asiático».

China estará apoyada por 20.000 aficionados, frente a cerca de 1.500 costarricenses y será escrutada por más de un centenar de periodistas, que ya han provocado la ira del técnico Bora Milutinovic, por la falta de privacidad que tiene el conjunto. Es precisamente Milutinovic la principal baza de China, porque el técnico yugoslavo ha clasificado a los octavos de final a todas las selecciones que dirigió en un Mundial (México, Costa Rica, Estados Unidos y Nigeria) y, además, conoce perfectamente a un técnico que al que tuvo como jugador. Pese a esta posible desventaja, Guimaraes asegura que no está «obsesionado por el rival, sino por la necesidad de concretar las posibilidades de pasar a la segunda fase» que tiene su equipo.

Por eso, como dijo el centrocampista Rodrigo Cordero, Costa Rica se siente preparada para hacer historia. «Queremos hacer algo importante, tenemos una buena mentalidad para jugar bien y no existe ningún tipo de temor. Buscamos hacer historia», indicó.