El colectivo arbitral amenazó con una jornada de reflexión el año
pasado que, al cabo de doce meses, parece haber quedado en agua de
borrajas. Pese a las buenas intenciones de todas las partes
"colegiados, delegación de árbitros, delegado insular y Federación
balear", la situación de este estamento del baloncesto no mejora y
la cantera está en peligro.
El problema es viejo conocido: faltan árbitros, no hay
cursillistas y falta dinero e iniciativa para mejorar la realidad
pitiusa. La coordinación de un colectivo tan pequeño, a priori no
parece complicada, teniendo en cuenta que en otras provincias con
más competiciones se ajustan los horarios y se prevé la presencia
arbitral con la antelación suficiente para reaccionar ante
eventualidades. El único requisito para solucionar estas
eventualidades es sencillamente cumplir el reglamento.
Del total de seis árbitros que pueden dirigir partidos de
categoría senior en las Pitiüses, Torrent lo dejó hace más de medio
año, con lo cual quedan cinco árbitros para repartirse el total de
cinco o seis partidos que se celebran en Eivissa. La configuración
de las mesas tiene la dificultad añadida de que deben ser tres por
partido lo que supone que debe haber presencia del estamento en 2 ó
3 partidos por jornada. Según la delegación de baloncesto, los
cobros están actualizados en todas las categorías. Este dato ha
sido corroborado por varios miembros del colectivo arbitral, pero
las asignaciones arbitrales no parecen estar repartidas por
igual.
Tras un estudio de las jornadas en Primera masculina y femenina
disputadas dentro y fuera de Eivissa, teniendo en cuenta que hay
cinco árbitros y obviando si eran árbitro principal o auxiliar, se
puede ver observar que Ballesteros ha dirigido ocho encuentros, uno
en Eivissa y el resto en otras islas; García, tres en Eivissa;
Marí, quien es el delegado de árbitros en la delegación insular,
cuatro, dos en casa y uno fuera; Àlvarez, un único partido con el
Sa Graduada; Planells, secretario de la delegación, cinco
encuentros, dos de ellos fuera de Eivissa.
Estos datos evidencian que las asignaciones están descompensadas
y no atienden a unos criterios objetivos, lo que genera malestar
tanto entre los miembros del estamento baloncestístico como en el
resto de los colectivos sean categorías inferiores, afectadas con
las faltas de árbitros a los partidos, como en categorías
superiores y competiciones nacionales. De hecho algún club ha
solicitado que determinados colegiados no viajen para dirigir sus
encuentros.
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