Los aspirantes posaron en bañador antes del aceptar el desafío. Foto: VICENÇ FENOLLOSA.

La bahía de Sant Antoni amaneció ayer con un bonito día soleado, aunque frío, para ser el marco de la prueba navideña por excelencia. La travesía a nado al puerto deportivo de Sant Antoni cumplió ayer siete años y, curiosamente, siete fueron los nadadores que se atrevieron a entrar en contacto con el agua en la fría mañana del día de Navidad. Sólo seis nadadores completaron el desafío de olvidar la baja temperatura del líquido elemento y afrontar con valentía los 300 metros de distancia que separan el muelle comercial del área deportiva.

El primero en saltar al agua, tras el pistoletazo de salida fue Toni Pérez y esta ventaja que le dio su propio valor fue el factor que al final le supuso la victoria. La segunda posición fue compartida por Juanjo Serra, triatleta inactivo y miembro de la Asociación Home de Ferro, y el piragüista Marc Ziolkowski. Eugenio Palacios fue el cuarto clasificado, seguido de José Luis González y Carolina d'Amico.

El juez de triatlón Toni Serra coordinó la prueba que organiza el club Trijasa y, aunque en un principio, tenía intención de contar los tiempos, finalmente no pudo ser puesto que en un principio los nadadores se mostraron reticentes en tomar la salida que fue escalonada siendo Pérez el primero en saltar al agua. Una treintena de personas se dieron cita en el punto de salida y en el de llegada para conocer de cerca a los valientes que se adentraron ayer en las aguas del puerto deportivo de Sant Antoni. Entre los presentes cabe destacar al triatleta integrado en la selección española sub 23, Javier Bonet quien garantizó que este año tampoco toca introducirse en las aguas invernales.

El año pasado se dieron cita cuatro nadadores, mientras que en esta ocasión el buen tiempo tuvo efecto llamada sobre los deportistas que esencialmente fueron triatletas o cuadriatletas. Ziolkowsky es piragüista pero ha disputado algún triatlón en otras temporadas. Al término de la competición, las duchas del club náutico estuvieron abiertas a disposición de los nadadores y luego un buen desayuno acabó por hacerles entrar en calor, además del propio esfuerzo.