Nicolas Escudé es lanzado al aire por sus compañeros de equipo tras la victoria.

Efe MELBOURNE
El tenis francés ganó por novena vez en su historia la Copa Davis después de que en el quinto y decisivo partido Nicolas Escudé derrotase a Wayne Arthurs por 7-6 (7-3), 6-7 (5-7), 6-3 y 6-3 y sentenciase la final contra Australia con un 3-2. Previamente el número uno mundial, Lleyton Hewitt, había igualado la eliminatoria con su contundentemente victoria sobre Sebastien Grosjean por 6-3, 6-2 y 6-3.

Pero en el quinto partido el equipo local partió ya con desventaja al no poder disponer, como estaba previsto, de Patrick Rafter, baja de última hora por una tendinitis en el brazo derecho. Escudé se impuso a Arthurs, un rival inesperado, en tres horas y media y con más dificultad de la esperada, sobre todo en las dos primeras mangas, resueltas en el desempate.

Ambos jugadores se habían enfrentado una única vez con anterioridad, también con victoria para Escudé. Por el contrario, el francés había perdido cuatro veces con Rafter, el que debía haber sido ayer su contrario.

Rafter, que ganó su individual del viernes y perdió el dobles del sábado haciendo pareja con Lleyton Hewitt, anunció cuatro horas antes del partido que su lesión le impediría jugar. Admitió que había sido un riesgo disputar el dobles del sábado, que además, perdieron.

Hewitt se valió de su buen saque para imponerse a Grosjean en el primer set, durante el cual contó con la ayuda de la red para mantener su servicio en el segundo juego y posteriormente rompió el de Grosjean en el quinto.

Fue una manga de continuos breaks, pero, conseguido el parcial, el australiano demostró un dominio total sobre su rival, quien se mostró inseguro con el servicio y cometió muchos errores con sus golpes de revés, fundamentalmente cuando avanzó a la red con la intención de presionar el saque de Hewitt.