Los equipos de fútbol de Formentera y Sant Antoni ya pueden
disfrutar de un terreno de juego trocado en verde, es decir, de
césped artificial ya que las obras en ambos campos de fútbol han
finalizado en los últimos días, a falta de algún detalle mínimo.
La moda de contar con terreno de juego de hierba, aunque sea
artificial, se ha extendido por toda la isla. El primer terreno de
juego en adquirir esta condición fue el campo de fútbol de Santa
Eulària, posteriormente el campo de fútbol de Can Cantó, y ahora se
unen las canchas santantoniense y formenterense. La posibilidad de
que Eivissa acoja concentraciones de equipos procedentes de la
península y del centro de Europa está más cerca gracias a estas
actuaciones municipales, cuyo coste está en función de la calidad
del césped artificial que se haya instalado. Hay que tener en
cuenta que esa calidad determina la caducidad de la
instalación.
La oferta turística de Eivissa como alternativa para la práctica
de deporte en invierno, que ya empieza a ser atractiva para otras
disciplinas como el ciclismo, puede desarrollarse en este sentido
tal y como apuntaba el martes pasado el alcalde de Eivissa, Xico
Tarrés, y como en otras ocasiones ha comentado el conseller de
Turisme, Josep Marí Ribas.
El césped artificial ha entrado a debate también en las altas
instancias de la FIFA desde donde recientemente se ha aclarado que
no existe ninguna prohibición a la disputa de encuentros oficiales
en campos de césped artificial.
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