José A. Pascual MADRID
Dos goles de Fernando Morientes y Luis Figo permitieron al Real Madrid adjudicarse tres puntos vitales ante el Barcelona en un clásico decepcionante, muy escaso de fútbol de calidad y más sombras que luces, aunque para los blancos el tanto postrero del portugués, en el vigésimo noveno cumpleaños del ex azulgrana, dio al partido un final de fiesta.
La diana del extremeño fue lo poco atinado de una confrontación de la que se esperaba mucho más por la constelación de las estrellas que se congregaban en el Santiago Bernabéu, pero casi ninguna ofreció nada. El conjunto de Carlos Rexach tuvo el balón en su poder. Fue el amo y señor del partido en cuanto a posesión, pero esa paciencia que la mayoría de las veces es una virtud se convirtió en un defecto cuando a los azulgrana se les nubló la vista en el área de Iker Casillas.
Los de Del Bosque tácticamente se mostraron inferiores, pero como suele ocurrir en este tipo de encuentros con grandes figuras cualquier acción, cualquier detalle, suele decidir. Un balón de Zidane en profundidad hacia McManaman acabó con un centro al segundo palo del inglés que remató Raúl, tocó en Frank de Boer y culminó sobre la línea Morientes de cabeza.
La excesiva dependencia del resultado del Real Madrid dejó vivo al Barcelona, tanto que Kluivert y, sobre todo, Gabri rozaron la igualada, pero ahí surgió la emergente figura de un Iker Casillas muy concentrado para mantener el triunfo, que quedó rubricado en una única jugada realmente digna de mención y con la que Figo festejó su cumpleaños. El 2-0 sabe a las mil maravillas teniendo en cuenta la necesidad de los puntos que tenía por la desventaja respecto al líder.
Sin comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Periódico de Ibiza y Formentera
De momento no hay comentarios.