Nueve días de carrera con dos contrarreloj y dos finales en alto
no han sido suficientes para aclarar el podio ni para descartar a
nadie de los candidatos previos. Las cifras colocan a los tres
primeros, Joseba Beloki (ONCE Eroski), Óscar Sevilla (Kelme Costa
Blanca) y Àngel Casero (Festina) en un margen de 51 segundos. Las
apuestas se inclinan del lado del ONCE y Kelme, los equipos que han
llevado el peso del protagonismo en la primera semana de la Vuelta,
pero la carrera anda loca con situaciones inesperadas e incluso
paradójicas que invitan a la prudencia. Sevilla se vistió de oro en
Los Lagos y perdió un solo segundo ante Beloki en la contrarreloj
de Torrelavega, el día que resucitó Botero con un gran triunfo.
Pocos lo esperaban.
Como aperitivo de la jornada reina llega la primera etapa
Sabadell-La Molina, final en alto y antes un puerto de 30
kilómetros, el Alto de Creueta. Día para los escaladores aunque no
se esperan en principio grandes diferencias. Al día siguiente, el
miércoles, Alp-Pal, de 154 kilómetros, con seis puertos: dos de
segunda, tres de primera y uno especial. Escenario grande para los
escaladores, que deben explotar su territorio. Sevilla y Beloki se
batirán en duelo y Heras tendrá que despejar las dudas sobre su
forma.
Y para finalizar, el jueves, la cronoescalada Ordino-Arcalís, de
17 kilómetros. Después de dos días de esfuerzo más de uno puede
pagar una costosa factura. Beloki es de los que piensan que «salir
airoso de la contrarreloj sería un paso importante para llegar a
Madrid con el maillot oro». El descanso en Sabadell ha servido para
recuperar fuerzas, ordenar las ideas y preparar el asalto a la
montaña. Los equipos españoles, como el resto de los 21
participantes, dedicaron la jornada a entrenar por espacio de dos y
tres horas, sin forzar la máquina, pues los kilómetros eran lo de
menos.
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