EFE - HUNGARORING (HUNGRÍA)
El piloto alemán Michael Schumacher (Ferrari) realizó ayer una carrera perfecta, tanto en su planteamiento como en la conducción de su coche, y logró, en el Gran Premio de Hungría, su cuarto título mundial que le sirve para entrar entre los pilotos legendarios de la Fórmula Uno. Schumacher, con éste título, no consigue solamente un entorchado más. Su superioridad a lo largo del año y el hecho de que este campeonato le equipare en número de victorias en grandes premios, con 51, a las conseguidas por el francés Alain Prost y le ponga a un título de los cinco mundiales obtenidos por el argentino Juan Manuel Fangio, hace que el alemán esté ya por títulos conseguidos entre los tres mejores pilotos de la historia de la Fórmula Uno.

Ayer, en la primera oportunidad que el alemán tuvo para ser campeón, no dio ninguna opción a sus rivales y sólo abandonó el primer puesto cuando tuvo que entrar en boxes para repostar. Sólo David Coulthard (Mercedes-McLaren) pudo inquietar, aunque mínimamente, al equipo Ferrari, que situó a Rubens Barrichello (BRA) en la segunda posición. Schumacher realizó una salida extraordinaria y esto, en un circuito que es comparable con el de Mónaco en cuanto a dificultades para adelantar, es normalmente decisivo. La superioridad del Ferrari número uno fue tal que en las 14 primeras vueltas ya tenía cinco segundos sobre Coulthard, que en la salida perdió la ventaja del segundo puesto de la parrilla en beneficio del segundo Ferrari y llegó tercero a la primera curva.

Entonces el Ferrari doblaba ya al último clasificado, Tarso Marques (BRA/Minardi), y daba la sensación de que lo iba a hacer con todos sus rivales. El hecho de que Coulthard, segundo en el mundial, perdiera el segundo puesto y viera cómo el líder no le dejaba ninguna opción hizo que la carrera perdiera interés en lo que se refiere a la lucha por el campeonato, ya que al alemán le valía la victoria para hacerse con el campeonato hiciera lo que hiciera el piloto de McLaren-Mercedes.

Éste se vio envuelto en una lucha por el segundo puesto con Barrichello, e, incluso, se puso delante de los coches italianos cuando entraron a repostar la primera vez, pero en el último repostaje los mecánicos de Ferrari eran más rápidos que sus rivales de McLaren y conseguían que el piloto brasileño superara al británico con lo que obtenía esa plaza, que ya no abandonaría hasta el final. Detrás de los tres primeros, Ralf Schumacher (GER/BMW-Williams) se impuso a Mika Hakkinen (FIN/Mercedes-McLaren), quien tuvo que hacer la vuelta rápida para salvar el acoso de Jarno Trulli (ITA/Jordan-Honda), quien durante las primeras vueltas era capaz de poner en serios aprietos al ex campeón del mundo finlandés.