R.D./AGENCIAS La cuenta atrás para el inicio del reto de los atletas ibicencos Mar Sánchez y Felipe Vivancos, pertiguista y vallista de la selección española, en el Mundial de Edmonton 2001, ha comenzado. Ambos atletas, formados en las filas del CA Pitiús y que actualmente militan en clubes de alta competición nacional, están en el Laster Hall de la Universidad de Alberta, prácticamente incomunicados del resto del mundo.

Paralelamente, los actos programados en relación al mundial han dado comienzo en la ciudad canadiense sede de los mundiales de 2001. Así, el Congreso de la Federación Internacional de Atletismo Amateur (IAAF), instigado por exigencias de las televisiones, prepara una revolución en el reglamento de competición que ha levantado ronchas en la piel de ciertos astros de las pistas, remisos a entrar en una nueva era.

Sólo una pequeña parte de las 178 propuestas de cambios en las reglas de competición que estudiará el Congreso los días 1 y 2 de agosto en Edmonton han sido sometidas a debate o criticadas por los atletas interesados: aquellas que afectan, principalmente, a los más famosos atletas estadounidenses. Marion Jones, la reina de la velocidad mundial, se puso al frente de la rebelión norteamericana contra las propuestas de cambio relativas a la descalificación inmediata por una salida falsa, y la campeona olímpica y mundial de 100 metros tiene un peso específico bastante para hacer recapacitar a los congresistas.

Los canales de televisión, que financian buena parte del negocio del atletismo mediante el pago de elevados derechos de transmisión, sostienen que es inadmisible una transmisión superior a las tres horas en la «era Nintendo» y que rebasar esa duración atenta contra las leyes inexorables de la audiencia. La época de las interminables jornadas de atletismo, de los concursos de saltos y lanzamientos de hasta cinco horas está a punto de acabar y al Congreso de la IAAF le corresponde firmar en Edmonton el certificado de defunción.