EFE - HOCKENHEIM
El alemán Ralf Schumacher (Williams FW23 BMW) ganó el GP de Alemania de Fórmula Uno, en el que su hermano Michael (Ferrari F2001) avanzó hacia su cuarto título mundial, a pesar de no acabar la prueba, ya que el británico David Coulthard (McLaren MP4/16 Mercedes) sufrió idéntica suerte. Ralf confirmó de nuevo que no está en la Fórmula Uno por su apellido y se anotó su tercer triunfo en la categoría reina del motor, el tercero de la temporada, después de Imola y Montreal. El menor de los hermanos más rápidos del mundo se impuso con holgura en una prueba accidentada y muy vistosa, en la que relegó al segundo puesto al brasileño Rubens Barrichello (Ferrari) y en la que también subió al podio, por segunda vez esta temporada después de Barcelona, el canadiense Jacques Villeneuve.

El colombiano Juan Pablo Montoya, el más espectacular debutante en la Fórmula Uno, tuvo una sensacional salida, tras haber firmado el sábado la primera 'pole' de su incipiente carrera y lideró la prueba durante las primeras 22 vueltas -en la vigésima firmó la vuelta rápida: 1:41.808-, antes de abandonar en la vigésimo cuarta por un problema mecánico. A partir de ahí, Ralf, que afrontó la prueba con una sola entrada en 'boxes', al igual que Villeneuve -Barrichello ingresó dos veces en el taller- dio una lección de pilotaje y le robó el protagonismo a su hermano mayor en «su» Gran Premio.

No pasó nada. Michael 'rompió' en la vuelta 23, pero sólo cuatro vueltas después sonreía de nuevo: Coulthard también estaba fuera y el mundial, a un paso. El fracaso de los McLaren-Mercedes fue total, ya que al finlandés Mika Hakkinen, que parecía recuperado tras su triunfo en Gran Bretaña, le persiguió de nuevo la mala suerte y en la vuelta 13 se bajó del monoplaza. A Schumacher, que tampoco pudo igualar esta vez el récord histórico de victorias del francés Alain Prost (51) le bastaría sumar en el Hungaroring tres puntos más que los que anote Coulthard para adjudicarse de forma matemática su cuarto título mundial.

El primer Ferrari falló en la arrancada y protagonizó de forma indirecta el espectacular accidente, que provocó la interrupción de la carrera y una segunda salida, ya que el coche del brasileño Luciano Burti (Prost AP04 Acer) voló por los aires tras chocar con la parte trasera del de ´Schumi´, dándole un susto de muerte a su compatriota Enrique Bernoldi (Arrows A22 AMT), al rozarle la cabeza antes de estrellarse contra el costado de su bólido. Su particular odisea también la vivieron los dos Minardi, antes incluso de que se produjese el incidente anterior. Al asturiano Alonso se le incendió el monoplaza en la parrilla de salida y cuando se subía al muleto, preparado para el brasileño Marques, a éste también se le averió el coche.