Juan Antonio Samaranch, en su último discurso oficial como presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), instó ayer en Moscú a sus miembros a mantener la unidad, «llave del éxito» que ha llevado al organismo a la universalización de los Juegos y a asegurarse su futuro financiero. «Recomiendo a mi sucesor que mantenga la unidad» porque en caso contrario el movimiento olímpico estaría en peligro, dijo Samaranch en la ceremonia de inauguración de la 112 asamblea del COI en el teatro Bolshoi, en presencia del presidente ruso, Vladímir Putin.

La asamblea se celebrará hasta el próximo lunes en Moscú, la misma ciudad en que Samaranch fue elegido hace 21 años para ser el séptimo presidente del COI. Su sucesor será elegido el lunes, justo 24 horas antes de que Samaranch cumpla 81 años. En la ceremonia en el teatro Bolshoi, Putin condecoró a Samaranch con la Orden de Honor de Rusia -instituida en 1994 por el entonces Jefe de Estado Boris Yeltsin- por su «aporte sobresaliente» a la promoción de los deportes y su contribución a la paz entre los pueblos.

Pekín, la gran favorita para ganar la sede de los Juegos Olímpicos de 2008, salvó hoy en Moscú el escollo de los derechos humanos en la rueda de prensa de presentación de su candidatura ante centenares de periodistas de todo el mundo. Los responsables de Pekín no se vieron en apuros en ningún momento de su comparecencia, la más concurrida y esperada de las cinco candidaturas, y eludieron con habilidad las preguntas sobre el respeto de los derechos humanos y la pena de muerte.