La jornada fue tediosa y hasta que los corredores no llegaron a
las faldas del alto Monte Luco, inédito en el Giro de Italia, no
hubo movimiento. Al inicio del puerto el pelotón se presentaba con
media hora de retraso sobre el peor de los horarios previstos y
eran los italianos Davide Rebellin y Stefano Garzelli los que
intentaron tensar la carrera. Hicieron los ocho kilómetros de
ascensión en solitario. En la cima Garzelli coronaba primero
seguido de Rebellin y a doce segundos lo hacía el colombiano John
Fredy Gonzalez que daba tiempo al pelotón principal.
En la bajada, el conjunto ONCE-Eroski tensó la carrera y envió
en busca de los escapados al portugués José Azevedo, que logró
enlazar con Garzelli y Rebellin. Poco después lo hizo el italiano
Paolo Savoldelli. La aventura de Garzelli y compañía llegaba a su
fin a la entrada de Montevarchi; mientras que en el grupo de
favoritos comenzaban a entrar corredores, entre ellos el alemán Jan
Ullrich, que lo pasó bastante mal en la subida. Los componentes del
Mapei no bajaron el pistón y seguían imponiendo un ritmo
endiablado, dificultando que otros equipos con velocistas pudieran
organizar la previsible llegada masiva. El trabajo de los
componentes del Mapei, especialmente de Garzelli, recogía sus
frutos con el triunfo de Stefano Zanini, que ganaba con facilidad
por delante de Missaglia y Ullrich.
Hoy se disputará la octava etapa, entre Montecatini Terme y
Reggio Emilia, de 185 kilómetros con los altos de Abetone (km 85) y
Castello de Carpineti (km 139), ambos de primera categoría.
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