La cita con la historia llega para el equipo español que este fin
de semana puede acabar con uno de sus amargos recuerdos si es capaz
de vencer a Australia en la final de la Copa Davis de tenis y
enterrar así una de sus pesadillas. España y Australia persiguiendo
la joya de la Federación Internacional de Tenis, en una contienda
en la que el equipo español luchará, por primera vez en su historia
en una pista cubierta y con superficie de tierra batida.
Ni adrede se pudo elegir mejores equipos para la última final
del milenio que se disputará el Palau San Jordi de Barcelona.
España, el conjunto rey en tierra, que nunca consiguió el trofeo
pero que apeó en semifinales a Estados Unidos, el más laureado, con
31 títulos, por un contundente 5-0, y Australia, el país situado en
sus antípodas, el más combatido y el que apartó a los españoles en
dos finales oportunidades anteriores (1965 y 1967).
La fecha de la venganza parece fijada treinta y tres años
después. Y en el caso de España llega en el momento apropiado,
cuando jugadores, público y capitanes han llegado a la sintonía
ideal para derribar a un coloso que ha amasado 27 títulos, además
de ser 18 veces más finalista, con gran historia, labrada con
nombres casi míticos, como Rod Laver, Roy Emerson, Fred Stolle,
Tony Roche, John Newcombe, éstos dos últimos al frente de su última
capitanía.
Ante tanta historia los españoles no se arredran y sueñan con el
triunfo. Alex Corretja, Juan Carlos Ferrero, Albert Costa y Joan
Balcells quieren hacer callar a los colegas que en los vestuarios
del circuito les preguntan con ironía cuándo van a ganar la Copa
Davis. Algunos tienen ya un Masters, y otros como Carlos Moyá,
fuera del equipo, un Grand Slam, pero a esta generación les falta
ganar una vez esta competición para convencerse de que si lo
consiguen pueden repetir.
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