Barcelona, Manchester United y Juventus de Turín, tres de los clubes más ricos del mundo, afrontan la última jornada de la primera fase de la Liga de Campeones con el agua al cuello, obligados a vencer para evitar una prematura eliminación.

Seis días después de firmar con una empresa de material deportivo un contrato por 13 años, que le reportará más de 500 millones de euros, cuando aún alardea de ser el club mejor gestionado del mundo y el que tiene a un Caballero de la Corona como entrenador, el Manchester se encuentra al borde del abismo. Llega a la sexta jornada, en la tercera posición del grupo G, con dos puntos menos que el Anderlecht y el PSV Eindhoven, y con la victoria frente al Dinamo de Kiev como único resultado válido.

Su principal aval, una vez más, es su campo, porque Anderlecht y PSV ya fueron goleados en Old Trafford, el único sitio en el que el equipo de Alex Ferguson ha sido capaz de vencer en la Liga de Campeones.

También tratará de hacer valer el factor campo el PSV en el otro partido del grupo, porque, si el Manchester gana al Dinamo de Kiev, sólo esquivará la eliminación con un triunfo ante el Anderlecht. No se encuentra en mejor situación el Juventus, que puede añadir otro decepcionante capítulo a la humillante salida de Europa que tuvo la pasada temporada, goleado por el Celta.

El técnico, Carlo Ancelotti, no podrá contar con el francés Zinedine Zidane, pero en la situación actual es un mal menor, porque el mejor jugador de la Eurocopa no encuentra su sitio en un sistema de juego tan poco ofensivo. Hace dos semanas, desesperado, dio un cabezazo a un jugador del Hamburgo y deberá purgar su culpa durante cinco encuentros. El Juventus se jugará la clasificación en el campo del Panathinaikos, donde empataron previamente el Deportivo de La Coruña y el Hamburgo.

La situación más crítica, no obstante, es la del Barcelona, porque el conjunto de Lorenzo Serra Ferrer no depende siquiera de sí mismo. Debe vencer al Besiktas en el Camp Nou, una misión que no se antoja imposible, pero también tiene que confiar en la buena fe del Milán, clasificado de antemano. Al Milán le basta el empate en San Siro contra el Leeds para asegurarse el primer puesto del grupo, por lo que desde Barcelona se apela a la buena relación con el club.