ERUROPA PRESS - FRANCIA
El Tour volvió ha reencontrarse con el ciclismo, después de una edición, la del año anterior, donde la polémica y las sospechas fueron las estrellas de la carrera, tras los casos de doping descubiertos en el año 98.

La ronda francesa en esta edición, es de nuevo, una cita puntual para los mejores ciclistas del momento, Ullrich vencedor en el año 97, Pantani ganador en el 98 y Lance Armstrong vigente campeón, sin olvidarnos de Abraham Olano, Alex Zülle y Laurent Jalabert que también estuvieron ayer con los mejores. La primera etapa no tuvo nada que ver con las típicas prólogos que rodean a las grandes vueltas. El recorrido de 16.5 kilómetros, con un subida de un kilómetro al 3.7 por ciento aseguraba, a priori, que se iban a producir distancias entre los especialistas con respecto a los escaladores. Por tanto y sobre el papel una etapa para especialistas como Armstrong, Ullrich o el propio Olano que iban a tener una oportunidad para conseguir el primer maillot amarillo y donde el viento, otro de los protagonistas, se convirtió en un aliado inesperado.

Los primeros compases demostraron que lo previsto se cumplía. Jalabert, uno de los clásicos en la ronda francesa, iba a contar con el mejor crono, 19:16.41, durante gran parte de la jornada. David Cañada conseguía el mejor segundo tiempo, a sólo tres segundos de su compañero de equipo, refrendado su buena acutación en la Vuelta a Murcia. Con estos dos registros, una vez más, se reconocía el mérito al director de la ONCE, Manolo Sainz, y su manera de preparar la contrarrelojes, en las que saca el cien por cien de sus hombres. La única nota negativa del equipo español fue la caida de David Etxebarría, quien a pesar de llevarse un fuerte golpe, derrotó a los presagios más pesimistas y podrá tomar la salida hoy.