PABLO SAN ROMÀN - AFP
Francia parte como favorita contra Italia en la final de la Eurocopa de fútbol, el domingo en Rotterdam, que disputan un equipo rendido a la inspiración de Zinedine Zidane y otro que confía en la seguridad de su portero, Francesco Toldo, y su excelente defensa, como lo ha demostrado a lo largo del campeonato.

La final es una buena ocasión para Italia de saldar cuentas pendientes ante Francia, a la que no gana desde que se enfrentaron en la primera fase del Mundial de Argentina 78. La última de las decepciones llegó cuando ambos equipos se enfrentaron en cuartos de final del Mundial de hace dos años, en que Francia se clasificó en los tiros de penalti, después de que se llegara con empate a cero al tiempo reglamentario y la prolongación. En aquella ocasión, en que Luigi di Biagio falló el lanzamiento decisivo que dio el pase a semifinales a Francia, el conjunto campeón del mundo no pudo contar con Zidane, que cumplía su segundo partido de sanción, tras ser expulsado en la primera fase en el partido contra Arabia Saudí.

Zidane aparece tal vez como el más calificado para ahuyentar los fantasmas del 0-0 y que ambos se jueguen su suerte de nuevo en los penaltis como hace dos años. Para Francia, esta final supone la consagración definitiva de una generación que lleva cinco años ganando juntos y que lograría el doblete Mundial-Eurocopa, como hizo Alemania en sentido inverso en 1972 y 1974. Italia busca, por su parte, su segundo gran título en los últimos veinte años, después del logrado en el Mundial de 1982 en España. Desde entonces no ha ganado ningún torneo.