EUROPA PRESS - BRUSELAS
Figo y Zidane, de cuyo duelo saldrá el rey de los centrocampistas europeos, tienen una cosa en común: A los dos les gusta ofrecer el último pase más que marcar el gol. Sin duda, su forma de ser dentro del terreno tiene mucho que ver con la personalidad introvertida de ambos fuera del campo. No les gusta hacerse notar.

«Un técnico me dijo cuando yo era pequeño que los grandes jugadores son los que hacen brillar a sus compañeros», señala el portugués. Zinedine Zidane tiene la misma filosofía. «En el fútbol hay que ser generoso. Yo daré 99 veces de 100 el balón a un compañero que esté en una situación más ventajosa que la mía», afirma por su parte el francés. Eso no quiere decir que estos dos tímidos organizadores estén reñidos con el gol, como demuestra el tanto logrado por Figo contra Inglaterra en el primer partido de Portugal en la Eurocopa (3-2) o el de falta anotado por Zidane contra España en cuartos de final (2-1).

Los dos ocupan la posición del 10, pero Luis Figo se encontró con que ese número ya estaba tomado por otro compañero cuando llegó al Sporting de Lisboa, por lo que eligió el 7, del que no se ha separado desde entonces en el Barcelona y en la selección portuguesa. El duelo entre Zidane y Figo es el de un hombre, el francés, que ya conoce la gloria a nivel de selecciones y la de otro que ha tenido escondida su clase debido a que su selección nunca mostró su verdadera valía hasta que llegó el técnico Humberto Coelho.