JENARO LORENTE (BRUJAS)
Zinedine Zidane es la obsesión de la selección española, que ya ha pasado la página de la gesta frente a Yugoslavia y piensa sólo en el partido de cuartos de final frente a Francia, actual campeón del mundo, condición que motiva a los hombres de José Antonio Camacho.

Para el partido frente a los franceses Fernando Hierro se confirma como baja prácticamente segura. El capitán de la selección no se entrenó ayer junto al resto de los compañeros en Tegelen. Camacho le concedió descanso para que se recupere de su problema en el aductor, pero el jugador no llegará a tiempo par medirse a Francia. Hierro, que tampoco disputó el partido ante Yugoslavia, aprovechó la mañana para montar en bicicleta y para someterse a una sesión de electroterapia. Genaro Borrás, médico de la selección, no quiso descartar totalmente al jugador para el partido contra Francia, pero de sus palabras se desprendió que es casi imposible que esté a punto para el envite. En el lugar de Hierro volverá a salir Paco Jiménez, que formará pareja de centrales con Abelardo.

Camacho sabe de las dificultades para vencer a Francia, un equipo ofensivo y que busca la victoria desde el primer minuto. Por ello diseñó hoy un entrenamiento con especial atención a la línea defensiva. España no va a variar su forma de jugar y saldrá a ganar, pero prestará mayor atención a la contención. La obsesión es anular a la principal figura francesa, Zinedine Zidane. Zidane es el principal surtidor de balones en su selección. Es un centrocampista capaz de inventar cualquier jugada que desequilibre un partido. Si tiene su noche, puede matar con sus pases a Henry, Djorkaeff o Anelka. España no descuidará ese aspecto e intentará no verse sorprendida con ningún despiste defensivo.