Los jugadores del Madrid celebraron por todo lo alto el triunfo ante el Valencia. Foto: EFE.

LUIS VILLAREJO (EFE/PARÍS)
3 REAL MADRID: Iker Casillas; Michel Salgado, Karanka, Iván Campo, Helguera, Roberto Carlos; McManaman, Redondo, Raúl; Anelka y Morientes.
Cambios: Sanchís por Anelka; Savio por Morientes y Hierro por Michel Salgado.
0 VALENCIA: Cañizares; Angloma, Pellegrino, Djukic, Gerardo, Mendieta, Farinós, Gerard, Kily González; Angulo y Piojo López.
Cambio: Ilie por Gerardo.
ARBITRO: Stefano Braschi (Italia). Mostró cartulina amarilla a Gerardo, Farinos y Pellegrino, del Valencia, y a Roberto Carlos y Cañizares, del Real Madrid.
GOLES:
Minuto 39, Morientes, 1-0.
Minuto 66, McManaman, 2-0.
Minuto 75, Raúl, 3-0.
No es habitual ver una final tan fácil para un campeón. Pero es que el Valencia se diluyó en su gran cita.
Morientes andaba triste. Llevaba semanas sin marcar. Tragando saliva, porque desde el club le buscan una salida a Italia, donde su cartel se cotiza a precio de oro. Morientes por fin vio el final del túnel. Y como el fútbol se mueve a impulsos, el que iba a ser su último partido en el Real Madrid, se puede convertir en uno más.

Tácticamente ni Héctor Cúper ni Vicente Del Bosque exhibieron novedades. El Valencia intentó meterle presión y guindilla a la partido. Ese es el ritmo que le interesaba. Con acciones de pizarra, que van desde los pelotazos de Mendieta a Claudio «Piojo» López hasta la habilidad que tiene siempre Santiago Cañizares para sacar con picardía rápidamente el balón a los costados, donde sin mirarse, siempre se encuentra al mismo protagonista, su compañero de habitación, el Piojo López.

La transición Mendieta-Piojo o Mendieta-Angulo, la resolvió con buen criterio Iván Helguera. Incrustado por detrás de Aitor Karanka e Iván Campo, Helguera ha encontrado su sitio natural, una demarcación que le permite además salir con sobriedad al cruce. Helguera leyó otra vez el partido de forma notable y arrimó el hombro para que el Madrid tuviera la posesión del balón.

Fernando Redondo tampoco falló hoy. Como en las grandes citas, Redondo se come el mundo. Esta noche, la jerarquía de Redondo pasó por encima de Francisco Javier Farinós como una apisonadora. Enganchó además bien con Raúl y con Fernando Morientes, que luego se convirtió en el protagonista.

El Valencia falló en las bandas. La baja del italiano Amedeo Carboni resultó fundamental. Michel Salgado lo tuvo más fácil con Gerardo, un chico con poca experiencia internacional, y al que le vino grande la final. Son estos eventos un reducto destinados a los más grandes y al Valencia, en el primer tiempo, le faltó solidez y le sobraron nervios.