EUROPA PRESS (MATERA)
El italiano Mario Cipollini «vengó» su polémica desclasificación en la jornada precedente, por emplearse de manera irregular con el checo Jan Svorada (Lampre), al adjudicarse la cuarta etapa del Giro de Italia, disputada entre Scalea y Matera sobre 227 kilómetros, en un sprint en el que superó a Dimitri Konyshev (Fassa Bortolo) y Silvio Martinello (Polti).

«Il Bello» repitió la victoria que logró en la última ocasión en que el Giro culminó en Matera (1998) e igualó la marca de 30 triunfos en la «corsa» rosa de su compatriota Constante Girardengo, quien dominó los inicios de la carrera en los años diez y veinte del siglo pasado. Si la lógica se cumple el líder en las «volattas» del Saeco rebasará en la presente edición a Learco Guerra (31 victorias) y se aproximará al mítico Alfredo Binda, quien ostenta la plusmarca de triunfos (41) en la historia del Giro. No le hizo falta a Cipollini el ya famoso «treno» del Saeco, que marca un ritmo infernal en los últimos kilómetros y dificulta hasta lo extremo el salto de última hora de aquellos que osan atentar la disputa de la llegada masiva. Rentabilizó el ataque nervioso de Angel Vicioso (Kelme) en la recta final, se colocó a rueda de Martinello y le superó con idéntica superioridad a la exhibida el día anterior antes de que Svorada se le echara encima y le obligara a modificar su línea para evitar la remontada.

Cuarto fue Martín Perdiguero (Vitalicio) que reclama, jornada a jornada, un hueco entre el selecto grupo de velocistas. «Me he metido otra vez, pero hasta que no ganas no te respetan», apuntó el pupilo de Javier Mínguez. Perdiguero precedió a José Enrique Gutiérrez (Kelme), metido en la lubha por las bonificaciones y que conserva el tercer puesto en la general a 11 segundos de Cristian Moreni (Liquigas), líder un día más a pesar del acoso de las bonificaciones.