Steffi Graf, la tenista que más éxitos ha cosechado en el circuito
de la WTA y que mantiene el récord de 377 semanas al frente del
ránking mundial, dice adiós a las canchas de tenis, según anunció
ayer durante una rueda de prensa celebrada en la localidad alemana
de Heidelberg.
La jugadora alemana se marcha si no en lo mejor de su carrera sí
en un momento muy dulce, ya que era número 3 del ránking de la WTA,
tan sólo por detrás de Lindsay Davenport y Martina Hingis, y este
mismo año se impuso con toda justicia a la suiza en la final de
Roland Garros, en un partido en el que además quedaron patentes las
simpatías que Steffi despierta en el circuito y entre los
aficionados de todo el mundo.
La marcha de Graf deja para el recuerdo un palmarés cargado de
éxitos, con un total de 107 títulos de individuales, de ellos 22 de
Grand Slam, y 11 de dobles en sus 17 años como profesional.
Sin duda el año que nunca podrá olvidar la jugadora nacida en
Bruhl es 1988, en que logró la proeza de conseguir los cuatro
títulos de Grand Slam (Abierto de Australia, Roland Garros,
Wimbledon y el Open de Estados Unidos), y más recientemente los
años 1995 y 96, en que se impuso en los tres últimos.
La historia de Steffi Graf cuenta también con páginas para el
olvido y que han estado a punto de retirarla en varias ocasiones.
Los problemas de su padre Peter Graf, que en 1997 fue condenado a
una pena de cárcel por evasión de impuestos, y una serie de
lesiones ensombrecen su carrera y nuevas promesas del tenis como
Monica Seles, Jennifer Capriati y Martina Hingis amenazan con
despojarla de las primeras posiciones del tenis mundial.
En 1999 las lesiones obligan a Steffi a renunciar a última hora
a participar en siete torneos para los que estaba escrita pero
sorprendentemente logra lo que ya nadie esperaba de ella al ganar
una vez Roland Garros al derrotar en la final a Martina Hingis.
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