La etapa no presenta ninguna dificultad montañosa y además es
corta, por lo que el triunfo está reservado para los que no
molestan en la clasificación general y lo más presumible es que se
dispute al sprint pues los equipos como Saeco, o TVM intentarán
controlar la carrera en los kilómetros finales para conseguir la
llegada masiva. El final está situado en ligero ascenso que puede
dar al traste con las posibilidades de llegada masiva. Algún
corredor puede irse a por la victoria a pocos kilómetros de la
meta.
La jornada se espera que sea tranquila, a la espera de lo que
pueda suceder en la octava etapa, que se disputará el sábado y que
será la segunda con final en alto, por lo que podrá haber otra
selección, como ya sucediese en el Monte Sirino.
El Giro de Italia llegó a Lanciano por primera vez en 1932, con
victoria del italiano Learco Guerra, que repitió triunfo en la
misma localidad en 1935. En 1938, la victoria fue para Giordano
Cottur, en 1973 para Eddy Merckx, en 1981 para Mario Beccia y en
1997 para Mario Sgambelluri, es una llegada habitual en la
carrera.
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