La fuente que ha revelado los detalles de la ruptura, aclara que «se quieren mucho y son amigos», pero simplemente ven el futuro de forma diferente. La pareja se conoció en el concierto de Valeria Castro, Sara acudió al evento con su amiga Isabel Jiménez y la pareja de esta, Álex Cruz. Esa misma velada, Nacho Taboada, amigo del matrimonio, también actuaba en directo. Tras la actuación, el grupo de amigos fue al camerino para saludar al artista y las chispas saltaron entre la periodista y el músico. Fue en primavera de 2022 cuando la relación finalmente salió a la luz.
Durante los dos últimos años, se han dejado ver juntos, mostrando apoyo y cariño en sus respectivas carreras. Sin embargo, a pesar de que los dos son figuras públicas, ambos han rechazado hablar sobre su relación con los medios. Aunque, el músico si que confesó que trataban de vivir «con la mayor normalidad posible», pasando desapercibidos siempre que sea posible. Tras unas semanas que no se dejaban ver juntos, las alarmas saltaron entre las grandes cabeceras de prensa del corazón.
La periodista comenzó su verano en Almería con sus amigas, entre ellas, su íntima Isabel Jiménez. A diferencia del verano anterior, Sara no ha acompañado a Nacho en ninguno de sus conciertos estivales. A la vuelta de sus días en la playa, Carbonero ha viajado junto a Unicef en una misión humanitaria para mostrar «una realidad terriblemente dura y sobrecogedora». La periodista ha pasado una semana en Panamá donde se ha volcado en conocer la historia de familias y niños que viven en la Selva del Darién, donde se exponen a la violencia, incluidos los abusos sexuales, la trata y la extorsión de las bandas criminales.
La periodista cuenta que la experiencia ha sido inolvidable y que, además, está deseando compartirla con sus pequeños que la esperaban en su regreso a España. Para pasar lo que queda de verano, Sara Carbonero ha puesto rumbo al sur de nuevo para disfrutar de sus vacaciones familiares en Cádiz. Junto a sus hijos esta vez, la periodista aprovecha para hacer planes en familia, como comer paella, pasear junto al atardecer y jugar a las cartas. Con esto, Sara se refugia en su círculo cercano y recupera la «calma», según ha compartido en redes sociales.
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Mejor que no se ria