El Rey Felipe y la reina Letizia a la salida del restaurante Mia. | Ballesteros

Protagonizando la primera salida nocturna desde que están todos juntos en Marivent, la Familia Real fue a cenar a un restaurante de Palma, en la zona del Portixol. El sábado pasado decidieron, como es costumbre anual, deleitarse con la gastronomía mallorquina. Con sonrisas en sus rostros, relajados y mostrando complicidad, los Reyes hicieron testigo a todos los comensales de su felicidad. Como en otras ocasiones, el matrimonio ha salido a cenar con sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, y la Reina Sofía acompañada por su hermana, Irene de Grecia. A diferencia de otros años, en esta situación especial no han tratado de ocultar su amor.

Durante la noche, se filtraron imágenes dentro del local, en las que Doña Letizia se encontraba mirando tiernamente a Felipe VI. Entrelazando los brazos a sus espaldas, tras la cena, los Reyes han disfrutado de un momento cómodo y relajado. La Reina Letizia ha tratado de aproximar a Irene de Grecia a su familia con cariñosos gestos como dándole la mano y sonriéndole. A su vez, tanto la Princesa como la Infanta han demostrado su unión con su abuela paterna, a quién no han soltado ni un instante. Las dos hermanas, tanto la mayor como la pequeña, le brindaron su apoyo ofreciéndole sus brazos para caminar.

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La reunión familiar tuvo lugar después de que don Felipe presidiera la clausura de Copa del Rey de vela, en la cual, por primera vez desde que participa, obtuvo el segundo puesto con el Aifos. Lo cual le hizo retrasarse a la cita, a la que llegaron las cinco de la realeza luciendo estilismos acorde. Las mujeres de la Familia Real se han decantado por vestidos largos con aire boho y calzado cómodo y veraniego. Las dos hijas y su abuela han llevado unas espardeñas y vestidos estampados hasta los pies, mientras que la Reina ha optado por un diseño liso y unas sandalias planas. Irene de Grecia, por su parte, ha combinado su caftán con unos pantalones en beige.