Un amigo de la familia comentó que Amy «estaba agonizando y supo que tenía que hacer algo con sus implantes», según The Sun. Aunque se alarmó por sus «dolores agonizantes», la cantante creyó que no tendría que quedarse ingresada: «pensó que se iría en un rato, pero el dolor fue a peor». Probablemente, Winehouse tenga que someterse a una nueva cirugía o quitarse las prótesis.
Los médicos siguen realizando pruebas para detectar el origen de los terribles dolores que achacan a Amy. Se trata de la misma clínica en la que se sometió el año pasado al aumento de pecho que, ahora mismo, es la fuente de todos sus problemas.
Operación
Según la publicación inglesa, esta operación devolvió la ilusión a Amy ya que «amaba sus nuevas curvas», producto del bisturí, que había perdido debido a su seria adicción a las drogas. Desde que se sometió a la intervención, en octubre del año pasado, habíamos visto a Amy luciendo palmito con 'tops' muy escotados y apretados que realzaban sus nuevas medidas.
Pero todo eso podría haber acabado para ella si se ve obligada a quitarse las prótesis, algo que según una fuente cercana a su familia ella «odiaría».
La díscola cantante cuenta sin embargo con el apoyo de los suyos, especialmente de su padre, que siempre ha estado cerca en sus peores momentos. Mitch la animó en su día a someterse a la operación de aumento de pecho, pensando que «la haría más feliz». Ahora también ha querido acompañarla y la visitó el mismo jueves por la noche.
El que no ha aparecido, al menos por el momento, es su ex marido Blake Civil-Fielder y es que, tiene 'toque de queda': Una medida impuesta por un juez que le impediría salir de su domicilio a partir de cierta hora. Por el momento, Amy, se queda sin ver a su antiguo amor y se podría quedar también sin sus preciadas prótesis.
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