La hija del artista, Katja Micus, explicó a este periódico que las obras seleccionadas son trabajos en papel como dibujos con lápiz o collages con diferentes clases de papel o cartón elaborados entre 1960 y el 2000, año en que Eduard Micus falleció. «Son trabajos de varios tamaños, desde piezas pequeñas hasta enormes cuadros de cuatro metros de largo que incluyen obras realizadas con papel arrugado», comentó Katja.
El artista
Eduard Micus nació en Höxter, Alemania, en 1925 y falleció en Eivissa el año 2000. El pintor abstracto alemán eligió la isla balear para vivir y crear en la década de los 70. Así, el artista mantuvo en Eivissa su estudio, rodeado de un entorno primitivo y arcaico, que fue como una atalaya sobre el paisaje inmediato, la costa y el mar, que poco a poco perdieron su encanto preturístico y hippy. Micus ejerció una gran influencia cultural en Eivissa.
El alemán, que empezó a dibujar a raíz de un accidente que le dejó postrado en la cama durante siete años cuando era niño, realizó en 1947 su primera exposición y después trabajó de ilustrador gráfico y militó en las vanguardias germanas.
En las últimas décadas desarrolló un lenguaje expresivo con notable personalidad, dominado por las reiteradas series de cuadros blancos, las materias, los collages y las estructuras duplicadas de sus telas: obras sin límites, con juegos de espacios y rasgaduras, la secuencia de las contraposiciones abstractas. En Alemania y en Eivissa levantó esculturas y efectuó decorados para representaciones.
En 1981 expuso en la Fundación Joan Miró de Barcelona y, en los últimos meses, Eduard Micus realizó una muestra antológica organizada por el Museo de Arte Contemporáneo de Eivissa, el Centre de Cultura Sa Nostra y el Archivo Joseph Beuys, del Stiftung Museum Schlossmoyland.
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