Segarra, de 37 años, llegó en helicóptero a un aeropuerto de la Policía en el norte de Bangkok, donde caminó medio sonriendo y saludó en tailandés a los agentes que le esperaban, según testigos.
Los agentes lo introdujeron en el interior de un recinto y dejaron a los medios que le fotografiasen vestido con pantalones vaqueros y sudadera deportiva verde y negra.
La víctima, de 40 años y natural de Lleida, falleció por asfixia entre el 25 y el 27 de enero, después de ser secuestrada, torturada y robada.
Los primeros restos del cadáver de Bernat, desmembrado en siete partes, aparecieron el pasado día 30 en el río Chao Phraya, que atraviesa Bangkok.
La policía tailandesa cree que fue secuestrado y extorsionado con el objetivo de lograr acceso a sus cuentas bancarias en Singapur.
La investigación detectó «movimientos de grandes cantidades de dinero» desde las cuentas de la víctima hacia bancos en España y Tailandia, entre las que se encontraría la cuenta de Segarra, que según la prensa local habría recibido unos 900.000 euros (más de un millón de dólares).
Segarra fue grabado por cámaras de seguridad retirando grandes cantidades de dinero de cajeros automáticos en Bangkok y los alrededores días después de la desaparición del empresario.
La novia tailandesa de Segarra, Pridsana Saeng-ubon, fue detenida e interrogada el sábado, lo que permitió a la policía encontrar el apartamento en Bangkok en el que cree que Bernat fue retenido y asesinado.
Las autoridades tailandesas también han arrestado a un sospechoso tailandés y los investigadores creen que hay más personas implicadas.
Segarra huyó de Tailandia el pasado viernes al ser identificado por un grupo de tailandeses que veía las noticias cuando se encontraba cenando junto a su novia en la provincia de Surin (este), que colinda con el norte de Camboya.
Escapó en una motocicleta roja de la marca Honda que apareció abandonado cerca de la frontera la mañana del sábado.
El domingo, Segarra fue detenido en la localidad costera de Sihanoukville, en el sur de Camboya, tras ser reconocido en un restaurante por una pareja de españoles, que dieron la alerta a la policía del vecino país.
4 comentarios
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No hay que ser Sherlock Holmes para darse cuenta enseguida de que un individuo que es acusado de un asesinato atroz, una vez detenido se muestra así de sonriente y desafiante, es culpable al 100%. De no serlo, estaría más que preocupado, apesadumbrado y acojonado, no tendría ningunas ganas de sonreir, cosa que no se deduce en absoluto de la expresión en su cara.
Con los políticos de este país este “sonrisitas españolisto” ha podido aprender mucho. Siempre sonreír aunque las pruebas sean aplastantes.
Fantástica promoción del Manchester United.
Esa sonrisilla se le irá de golpe si al final le condenan...no creo q se divierta mucho en una prisión tailandesa