En el turno de última palabra, el acusado ha negado ante el jurado que tuviera intención de acabar con la vida de Mascaró: «Con los golpes que le di, en ningún momento intenté matarlo porque si hubiera intentado matarlo, del primer hachazo le pego en la cabeza y lo dejo seco», ha afirmado.
La fiscalía ha reiterado su petición de que el acusado sea condenado por homicidio doloso por el atropello y posterior apuñalamiento de Mascaró, con las circunstancias atenuantes de confesión y obcecación y la agravante de abuso de superioridad y ha descrito a C.C.T.G. como «una persona primitiva que por una serie de acontecimientos estaba más revolucionado que de costumbre».
El abogado de las hijas del fallecido, Jaime Campaner, ha pedido al jurado que aplique el sentido común y condene al acusado por asesinato con alevosía, porque cree que mató al empresario de 68 años sin posibilidad de defensa y se las ingenió para hacerlo sin asumir ningún tipo de riesgos.
La defensora, Margarita Mercadal, cree que lo ocurrido fue un homicidio porque si el acusado hubiera tenido intención de matar, habría conducido rápido para provocar un accidente grave al empresario.
Ha solicitado al jurado que tenga en cuenta cinco atenuantes de la responsabilidad criminal (obcecación, alteración psíquica; grave adicción al alcohol, sustancias estupefacientes y psicotrópicas; confesión y defensa propia) porque el acusado «no es una persona normal».
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