Ella, la joven B.A.G., asegura que no estaba conduciendo, que se subió al coche para buscar el teléfono móvil y pedir a una amiga que viniera a buscarla, ya que ella había bebido de más para conducir. Ellos, los dos agentes de la Policía Local de Sant Antoni que le dieron el alto, aseguran que sí conducía y que dio positivo en la prueba de la alcoholemia, en concreto 0,82 miligramos de alcohol por litro de aire espirado en un primer ensayo y 0,77 en el segundo.
Según el atestado de la policía, cuando llegó la amiga a la que B.A.G. había llamado para que condujera en su lugar, fue sometida al test del alcohol y dio negativo. La acusada aseguró que su amiga no hizo la prueba y la juez no se lo pudo preguntar, ya que no acudió al juicio.
Tras escuchar a la acusada y a los dos policías locales, el Ministerio Público mantuvo su petición de retirada de carné de conducir por un periodo de 366 días, una multa de 1.080 euros (12 meses a seis euros diarios) y 56 días de trabajo en beneficio de la comunidad.
Libre absolución
Por su parte, la defensa pide la libre absolución de la joven, ya que sostiene que ella no conducía y que tanto en los testimonios de los agentes como en el atestado que redactaron el día de los hechos, el pasado 19 de febrero, hay contradicciones. Los agentes denuncian que vieron a la joven andando por la calle Sa Gavina con síntomas evidentes de estar bebida y que después la vieron ya conduciendo en su coche.
Ella asegura que había acudido al coche sólo para recoger el teléfono móvil y que sólo metió la llave en el contacto para bajar la ventanilla cuando los agentes de la Policía Local de Sant Antoni tocaron el cristal.
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