La juez del Juzgado de lo Penal número 1 de Eivissa, Clara Ramírez de Arellano, dejó ayer visto para sentencia el caso de una mujer que llamó a la policía para advertir de que su marido le había dicho por teléfono que cuando llegara a casa la iba a matar y además la insultó gravemente. «Zorra, como vuelva a casa te mato; me tienes hasta los cojones, te voy a dar una paliza», dice el atestado policial en referencia a la denuncia que hizo la mujer.

La pareja acaba de tener un bebé y cuando se produjeron los hechos que se juzgaron ayer ella estaba embarazada. Ante la juez, el acusado, P.P.P., negó los cargos y dijo que él estaba con unos amigos en el bar y que la mujer le llamó por teléfono insistentemente para que regresara a casa y que, en estas conversaciones, ella le dijo que si no regresaba inmediatamente iba a llamar a la policía. El acusado añadió que él estaba bebido, que su esposa es «un poquito celosa», que cuando él llegó a casa no había nadie y que poco después llegó la mujer con el hijo de ambos de ocho años y dos agentes del Cuerpo Nacional de Policía.

Por su parte, la supuesta víctima dijo ante la juez que retiraba la denuncia verbal que hizo a la policía y por si fuera poco dijo que no es cierto que su marido la insultara ni amenazara de muerte ni con darle una paliza. «De mi boca no ha salido lo de la denuncia; no me amenazó, llamé a la policía porque estaba nerviosa y porque marido había bebido», explicó a la juez.

En la casa

Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía que atendieron el caso declararon en el juicio que la mujer les llamó para denunciar las amenazas y los insultos y que cuando regresaron a la casa, en la calle Castilla, el hombre ya estaba allí, que en todo momento mostró una actitud muy «chulesca» y que cuando los vio llegar con la esposa y el niño de ocho años dijo: «Ya has llamado a la puta policía, zorra».

Los agentes decidieron detener al hombre por un presunto delito de amenazas de muerte, pero para «preservar la imagen del padre ante su hijo», dijeron ayer, lo hicieron salir al descansillo del edificio para ponerle las esposas.

El Ministerio Fiscal reclama siete meses de prisión para P.P.P. por las supuestas amenazas, así como una multa de 60 euros por un falta contra la integridad moral. También reclama a la juez que le imponga una orden de alejamiento de un año y medio de duración.