La policía bautizó con el mismo nombre del bar que supuestamente servía como tapadera a un grupo de traficantes de la isla la investigación que ha servido para desmantelar el principal punto de venta de drogas de Platija den Bossa fuera de la época estival. La operación «Séneca» se ha saldado finalmente con la detención de seis personas, tres de ellas ingresadas en prisión y otras tres en libertad con cargos, y con el «cierre» de dos importantes puntos de venta de cocaína y hachís de Eivissa: el bar y el piso del propietario de este establecimiento, J.M.B.S., un barcelonés de 36 años afincado en la isla desde hace años.

En su casa

Según la investigación, la mayoría de los consumidores de Vila pasaba por su local y él mismo les abastecía en su casa de la droga que necesitaban si el bar lo tenía cerrado. Se cree que sus empleados actuaban en connivencia con él. La policía calcula que cada quince días o una vez al mes, la red introducía en Eivissa un kilo de cocaína junto con otras cantidades de hachís tras realizar continuos viajes a Barcelona.

Las pesquisas culminaron el pasado domingo cuando los agentes interceptaron la llegada de tres coches que desembarcaban en el puerto de Sant Antoni con tres de los sospechosos. En uno de ellos se hallaron 1,2 kilos de cocaína ocultos junto al depósito de gasolina.

La policía también arrestó luego al encargado del bar, el polaco R.M.M., de 35 años, y a las dos camareras, la ibicenca D.M.M., de 26, y la castellonense M.H.Ch., de 28. Los otros dos catalanes detenidos, junto con J.M.B.S., son O.P.F. y J.C.A., de 36 y 34 años. Estos tres últimos ingresaron en prisión.