Los juzgados de lo Penal de la isla ven continuamente casos de violencia doméstica.

El caso más llamativo fue el de una pareja de alemanes que acabó a manotazos después de que el hombre presuntamente diera un puñetazo en la cara a su compañera cuando ésta reaccionó airadamente porque su pareja tiró del freno de mano cuando entraron en su coche, que conducía ella, a gran velocidad en un camino. Según el acusado, que negó una agresión directa contra la víctima, esta acción la realizó para evitar un posible accidente.

Un testigo avisó a la Policía Local y a una ambulancia cuando vio a la mujer salir del vehículo con el rostro ensangrentado después de observar cómo dos personas forcejeaban dentro de un coche situado a unos 50 metros del lugar donde él se hallaba. Ésta, ayer, en el juicio, dijo haber tenido la culpa de todo porque, según su relato y el de su compañero, ella primero golpeó en los genitales al acusado y éste, en un acto reflejo, le dio un manotazo en la cara que le causó distintas heridas en el rostro al impactar su mano contra las gafas de la perjudicada. «No quiero declarar contra él porque en realidad yo tengo la culpa», dijo la afectada.

El suceso ocurrió en la tarde del pasado 16 de abril. El fiscal dudó de esta versión y mantuvo la petición de nueve meses de cárcel para el sospechoso al entender que existían contradicciones en los relatos y valorar que la mujer presentaba cuatro heridas distintas en el rostro una vez que fue atendida médicamente.

El ministerio público también pidió otros nueve meses de prisión para el responsable de un bar de Portinatx al que su pareja denunció el 4 de abril después de que supuestamente le agarra del pelo, la golpeara contra la pared y le diera varias bofetadas. La mujer se acogió ayer a su derecho a no prestar declaración. Según la defensa , la disputa ocurrió muchas horas antes del aviso a la Guardia Civil y en la discusión no hubo ninguna agresión pese a que le mujer presentaba rasguños en el cuello.

En un último caso, el fiscal requirió seis meses a un vecino de Sant Antoni que, bebido, terminó supuestamente a golpes con su novia cuando en una fiesta que se celebraba en un piso se mostró violentamente y ésta le pidió que se marcharan. La mujer también negó cualquier ataque.