«Tenía un gran danés en un piso de 40 metros cuadrados y le mostramos nuestro malestar. A partir de aquí vinieron los problemas». Éste es el testimonio del responsable de una asesoría de Vila que decidió emprender acciones legales contra un arrendado de la calle Formentera de Eivissa por supuestas denuncias falsas después de que éste, a su juicio para no pagar y evitar, además, un desahucio, presentara sendas denuncias acusándole de haber entrado en su domicilio para robarle, denuncias que fueron archivadas de plano.

El sospechoso, para quien la acusación particular pidió ayer en el juicio una multa de 4.320 euros, negó estos extremos y aseguró que se limitó a a informar a la policía de que personas desconocidas habían entrado en su vivienda sin, por ello, «manchar el honor» del afectado.