El Ayuntamiento de Sant Antoni comenzó a reasfaltar el tramo de carretera donde tuvo lugar el accidente un día después del suceso.La víctima se desplazaba en una Honda Varadero.El coche implicado en el siniestro quedó en este estado tras volcar.

Un año sin carné, indemnizaciones que en su conjunto superan los 150.000 euros y una multa de 1.200 euros. Ésta es la pena que pide la acusación particular para un conductor que ayer tuvo que sentarse en el banquillo para responder en un juicio de faltas por una supuesta imprudencia en el Camí Vell de Sant Mateu que le costó la vida a un motorista de 47 años. El coche implicado golpeó la moto de la víctima presuntamente después de que su conductor se saliera de su carril para esquivar un bache del Camí Vell de Sant Mateu. Dicha persona pereció en el hospital once días después del siniestro tras ser necesario amputarle un brazo y una pierna. Pablo José G.M. se dirigía a trabajar en una Honda Varadero cuando sobre las siete de la mañana del 6 de agosto del año pasado en el kilómetro 6,400 de la citada carretera tuvo lugar la colisión que acabó constando la vida. Un día después el Ayuntamiento de Sant Antoni comenzó a reasfaltar el tramo.

Según fuentes relacionadas con el caso, el acusado, un hombre de 31 años que iba al volante de un Citroën Xsara, reconoció en un principio haber realizado una «maniobra de esquiva en un cambio de rasante», pero ayer, en el juicio, dicha persona se quitó de encima cualquier responsabilidad y afirmó que no pudo hacer nada para evitar el impacto.

La investigación de Tráfico también barajó en su día que ambos vehículos pudieran ir a velocidad inadecuada y que ello influyera en el desenlace. Tras la colisión, el Citroën chocó contra una pared de tierra y volcó sobre la calzada. La motocicleta se salió por su margen derecho y fue a estrellarse en una zona boscosa. La víctima, que tenía tres hijos, fue intervenida quirúrgicamente y se llegó a preparar su traslado en helicóptero a Mallorca para intentarle reimplantarle el brazo, operación que no se pudo realizar. El 18 de agosto se certificó su muerte en Can Misses tras un «fallo multiorgánico», según fuentes del Ib-Salut.

El tramo donde se produjo el siniestro, en una carretera especialmente estrecha, era considerado como «muy peligroso» por vecinos y usuarios de la vía no sólo por su mal estado y la gran cantidad de baches que había sino también por la excesiva velocidad de la que hacían gala algunos conductores.